El piloto tailandés Alex Albon, integrante del equipo Williams Racing, analiza la desafiante temporada que ha atravesado junto a su compañero Franco Colapinto en la Fórmula 1. En una entrevista con el medio especializado Motorsport, Albon explica que los accidentes que protagonizaron a lo largo del año son el resultado de una combinación de errores de los pilotos y problemas estructurales en los monoplazas de la escudería británica.
Errores compartidos y diseño pesado
Albon, de 28 años, admite que tanto él como Colapinto cometieron errores al volante. Sin embargo, enfatiza que el diseño del coche también jugó un papel crucial en los incidentes. “Fue una mezcla de errores de los pilotos y problemas en el auto. Teníamos piezas que eran de metal en lugar de carbono, y eso provocaba roturas en algunos de los chasis. El inconveniente parte del propio peso”, señala el piloto tailandés.
El uso de piezas metálicas en lugar de fibra de carbono generaba un doble problema: el mayor peso ralentizaba el monoplaza y, en caso de accidente, los daños en el chasis eran más significativos. Albon explica que este diseño inicial complicó el rendimiento y la durabilidad del vehículo, limitando el potencial del equipo en las pistas más exigentes.
El impacto en el rendimiento durante la temporada
El piloto también se refiere a incidentes específicos, como el ocurrido en el Gran Premio de Brasil, donde las fallas estructurales del monoplaza se hicieron evidentes. “No sé si llamarlos problemas del auto, pero en la carrera de Brasil uno puede decir que el error fue del piloto, pero en realidad no. Son sistemas que cambiamos y áreas muy difíciles. Tuvimos varios chasis a lo largo de la temporada”, afirma Albon, destacando que el equipo debió realizar múltiples ajustes para mejorar la confiabilidad del vehículo.
Evolución técnica hacia el final del año
A pesar de las dificultades, Williams Racing implementó cambios significativos en el diseño de sus coches a lo largo de la temporada. Albon detalla que las piezas metálicas iniciales fueron reemplazadas por componentes de fibra de carbono, una mejora que marcó una gran diferencia en la carga y resistencia del chasis. “Eso cambió mucho la carga en el chasis. Si sufríamos un accidente fuerte, el impacto era diferente”, concluye el tailandés.
Un aprendizaje para el futuro
Las palabras de Albon dejan entrever el esfuerzo conjunto de pilotos e ingenieros para superar los obstáculos que presentó el monoplaza durante la temporada. Este aprendizaje, aunque costoso, sienta las bases para que Williams Racing mejore su competitividad en los próximos años.
