En una Argentina que intenta recuperarse de la recesión, las diferencias sociales se profundizan. El último informe SocialMood, elaborado por la consultora Moiguer, expone una realidad dividida: mientras algunos sectores muestran señales de recuperación, otros todavía enfrentan serias dificultades para llegar a fin de mes.
La investigación señala que el 50% de la población no logra cubrir sus gastos mensuales, y 3 de cada 10 argentinos deben recortar consumos para poder pagar servicios básicos. Aunque la inflación interanual se estabilizó en el 43,7% y hay un leve repunte del consumo desde diciembre, las brechas entre los distintos niveles socioeconómicos siguen en aumento.
Dos países en uno
El estudio refleja una clara fractura entre las clases medias y bajas. Por un lado, los sectores medio-altos y altos (ABC1) amplían su consumo incluso en dólares, gastando en viajes y bienes de lujo. Por otro, la clase media baja y los sectores populares siguen por debajo de los niveles de consumo previos a 2022, dependen de promociones y no tienen capacidad de ahorro.
Algunos datos clave del informe:
- El 50% de los argentinos no llega a fin de mes.
- El 30% debe resignar gastos para pagar servicios.
- 3 de cada 10 gastan más de lo que ganan.
- El 40% de la población vive el día a día, sin capacidad de ahorro.
- Solo el 23% pudo acceder a dólares tras la salida del cepo.
- Apenas un 11% aprovechó la apertura de importaciones para comprar en el exterior.
Radiografía social: ingresos y desigualdad
La estructura social se reparte de la siguiente manera:
- Clase alta y media alta (ABC1): 6% de la población. Ingreso mensual entre $9.105.000 y $20.500.000 (USD 17.000). Superan en un 190% los ingresos de los sectores bajos.
- Clase media (44%):
- Media típica (C2): $3.122.836 por mes (USD 2.687).
- Media baja (C3): $1.564.000 (USD 1.346).
- Clase baja (50%):
- D1 (31%): $1.120.600 mensuales (USD 964).
- D2/E (19%): $585.800 (USD 504).
Aunque se observan algunos signos de recuperación económica, los datos muestran que las mejoras no alcanzan a todos por igual. La mitad del país aún lucha por cubrir sus necesidades básicas, lo que refleja una sociedad cada vez más partida entre quienes avanzan y quienes se quedan atrás.