La Policía de Santa Fe detiene este lunes a un joven de 25 años acusado de comercializar pirotecnia de forma clandestina en una vivienda ubicada en la zona sur de Rosario. La captura se produce gracias a un operativo de compra y entrega controlada, bajo la coordinación del fiscal Carlos Covani, perteneciente a la Unidad Fiscal NN.
El procedimiento se centra en un domicilio de Pasaje Berlín al 3400, donde Ignacio S., el joven detenido, presuntamente llevaba adelante la venta ilegal junto a su madre, María Cecilia M. Según fuentes policiales, todo comienza cuando se recibe información de que la vivienda funcionaba como punto de venta de productos pirotécnicos en infracción a la ordenanza municipal, a la Ley Nacional de Armas y Explosivos N.º 20.429/73 y a los mandatos legales vigentes.
El operativo encubierto
El fiscal Covani solicita la colaboración del personal de la División Judiciales para montar un operativo encubierto. Bajo esta modalidad, se simula una compra de pirotecnia para confirmar la actividad ilegal. En horas de la tarde, los agentes pactan la adquisición de varios productos, entre ellos una torta de 112 tiros, otra de 42 tiros y morteros con bombas.
A las 16:44, luego de concretar la compra y trasladarse al lugar de entrega, los oficiales ingresan al domicilio donde se encuentra el joven y su madre. Allí se procede a la detención de Ignacio S. y al secuestro de una gran variedad de productos pirotécnicos. Según el comunicado oficial, el material incautado incluye bombas, volcanes de luces, morteros, tortas de diferentes tamaños y caños de papel.
Consecuencias legales y próximos pasos
El hecho queda caratulado como tenencia y comercialización clandestina de pirotecnia, con múltiples infracciones legales. Tras la detención, el fiscal ordena que Ignacio S. sea trasladado a la División Judiciales para iniciar el proceso judicial correspondiente, mientras que los productos secuestrados serán utilizados como evidencia en la causa.
Este operativo destaca la importancia del control en la venta de pirotecnia, especialmente en épocas cercanas a las fiestas, donde su comercialización ilegal no solo implica un riesgo para la seguridad pública, sino también una violación de las normativas vigentes. Las autoridades recalcan la necesidad de evitar este tipo de actividades que, además de ser peligrosas, afectan directamente a quienes cumplen con la ley.