Doce años de prisión para Tomás Dilascio por intento de homicidio y robo: la historia de un caso que conmocionó a Rosario

Tomás Gabriel Dilascio, un joven de 21 años, fue condenado a doce años de prisión por un violento episodio de inseguridad que dejó a su víctima, Daniel Rodríguez, un hombre de 66 años, con una lesión irreversible. Este miércoles, desde la cárcel de Piñero, Dilascio se declaró culpable de una serie de delitos graves, incluyendo tentativa de homicidio calificado criminis causa.

La sentencia fue homologada por el tribunal compuesto por la jueza Silvina Castelli y los jueces Nicolás Foppiani y Rafael Coria, tras la lectura de la acusación por parte de la fiscal Marisol Fabbro, quien detalló los hechos ocurridos el 11 de enero de 2023.

El ataque que cambió la vida de Rodríguez

Aquella mañana, cerca de las 10:30, Rodríguez salía de un comercio en la esquina de Cochabamba y Perú, en el barrio Belgrano. Había comprado una afeitadora y se disponía a retomar su camino en su bicicleta deportiva, una Vanguard 500. Sin embargo, Dilascio y un adolescente identificado como Brian C., que merodeaban la zona en busca de víctimas, lo abordaron violentamente.

Según la investigación, Dilascio apuntó a Rodríguez con un arma, intentando dispararle en el rostro, pero el disparo falló. Los asaltantes lograron robar un pequeño bolso que contenía objetos personales sin valor económico significativo, como un desodorante y algunos fibrones.

Rodríguez, decidido a recuperar sus pertenencias, los persiguió en bicicleta. Al alcanzarlos en Ecuador y Pellegrini, intentó dialogar con ellos y, apelando a la razón, les dijo: «No es necesario involucrar a la Policía, para qué se van a hacer detener innecesariamente». Esta estrategia pareció dar resultado momentáneamente, ya que logró recuperar su bolso.

Sin embargo, cuando Rodríguez dio la vuelta para marcharse, Dilascio le disparó sorpresivamente en la espalda con un revólver calibre .22. El impacto fue devastador: el proyectil comprometió su médula espinal, dejando a Rodríguez postrado con anestesia permanente en ambos miembros inferiores y graves fracturas en el húmero.

La rápida captura y el peso de las pruebas

Dilascio y Brian C. fueron detenidos esa misma tarde en Misiones y Circunvalación, cuando intentaban descartar dos armas. Una de ellas, un revólver Pehuen calibre .22, fue identificado mediante peritajes como el arma utilizada para disparar a Rodríguez. El otro revólver, de calibre .38, no tenía capacidad para disparar.

El impacto del caso no solo radica en la brutalidad del ataque, sino en las consecuencias que este tuvo para la víctima. Según los médicos del Heca, Rodríguez sufrió una lesión medular irreversible, afectando gravemente su calidad de vida.

Un historial de delitos graves

Dilascio, oriundo del barrio Stella Maris, se declaró responsable de una extensa lista de cargos, entre ellos:

  • Homicidio calificado criminis causa agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor en grado de tentativa.
  • Robo calificado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor, también en grado de tentativa.
  • Lesiones gravísimas y portación ilegal de arma de fuego de uso civil.

La fiscalía fue contundente en su acusación: «Luego de cometido el hecho y aun dándose a la fuga, Dilascio dispara contra la víctima, provocándole una lesión que no solo debilitó permanentemente sus miembros inferiores, sino que puso en peligro su vida. Lo hizo únicamente para asegurarse la impunidad».

Un caso que deja huella

El juicio y la condena contra Dilascio marcan un hito en el tratamiento de casos de violencia extrema en Rosario. Mientras la familia de Rodríguez enfrenta las secuelas de un ataque que cambió sus vidas para siempre, la sentencia busca enviar un mensaje claro contra la impunidad en episodios de inseguridad.