A un mes de su internación en la clínica Gemelli de Roma, el papa Francisco muestra signos de recuperación, aunque su estado de salud sigue siendo delicado. Según los médicos, ha habido una leve mejoría en los últimos días, lo que le permite descansar mejor, aunque aún depende de asistencia respiratoria.
El último parte médico indica que el Pontífice «sigue necesitando un alto flujo de oxígeno a través de cánulas nasales durante el día y por la noche utiliza ventilación mecánica no invasiva». Sin embargo, su estado es estable y la Santa Sede confirma que «ya no corre peligro inmediato».
El martes, el Vaticano informó que, pese a los avances, su cuadro sigue siendo «complejo», por lo que los médicos optan por una recuperación cautelosa antes de darle el alta. Un nuevo comunicado emitido en la mañana de este viernes detalla que Francisco «pasó una noche tranquila» y se esperan más novedades en las próximas horas.
Con 29 días de hospitalización, el Papa ya superó el tiempo que Juan Pablo II pasó internado en 1994 tras una cirugía de cadera. Sin embargo, está lejos de los 55 días que el mismo pontífice polaco pasó en el hospital en 1981 tras el atentado que casi le cuesta la vida.
El mundo católico sigue de cerca la evolución de Francisco, esperando que su recuperación permita pronto su regreso a las actividades en el Vaticano.
