En la antesala del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el sociólogo e investigador del Conicet Emilio Crenzel enfatiza la necesidad de recordar los crímenes de la última dictadura militar para evitar su repetición. Desde su mirada, las libertades públicas están hoy en peligro bajo el pretexto del control de la violencia, y advierte sobre una «voluntad autoritaria para disciplinar a la sociedad».
Crenzel, doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, ha dedicado su carrera al estudio de la memoria social y el terrorismo de Estado en Argentina. Su última publicación, Pensar los 30 mil, analiza el significado y la historia detrás de la cifra de desaparecidos durante el régimen militar. En diálogo con Rosario3, el investigador profundiza sobre los desafíos actuales en la defensa de los derechos humanos y el riesgo de retrocesos en la conciencia colectiva sobre lo ocurrido entre 1976 y 1983.
La memoria como herramienta de prevención
Para Crenzel, el Día de la Memoria no solo debe servir para recordar el pasado, sino también para detectar signos de alarma en el presente. «Es fundamental reponer aquellos años para quienes no los vivieron», sostiene. Y describe:
«Fueron años de terror; de no poder reunirse en la calle más de dos personas; la imposibilidad de decir lo que pensábamos; con secuestros en las calles, en los lugares de trabajo o de estudio; el control militar en lo urbano y en lo rural, a la entrada de fábricas, universidades y escuelas; miles de personas que tuvieron que abandonar el país; y la tergiversación en los medios de comunicación.»
El investigador subraya que la transmisión intergeneracional es clave: «El recuerdo de quienes lo vivimos y la enseñanza para quienes no lo hicieron son indispensables en este momento.»
Paralelismos entre el pasado y el presente
Consultado sobre posibles ecos de la dictadura en la actualidad, Crenzel es contundente:
«Uno de los aspectos más preocupantes es la diferenciación que hace Milei entre la ‘gente de bien’ y aquellos a los que descalifica, como si en democracia no existieran el disenso y el derecho a la pluralidad de opiniones. Esto es un espejo de la clasificación que hacía la dictadura entre ‘inocentes’ y ‘culpables’ bajo la figura del ‘delincuente subversivo’.»
Advierte que el concepto de sujeto de derecho debe ser universal, sin exclusiones por género, clase o ideología política: «Ninguna variable debería ser motivo de exclusión del derecho a la vida y a las garantías civiles, sociales y políticas.»
¿Un intento de reescribir la historia?
Crenzel también señala que en la actualidad hay intentos de imponer una narrativa que minimiza o relativiza el terrorismo de Estado:
«Se busca construir un relato opuesto a las políticas de derechos humanos que los distintos gobiernos sostuvieron en los últimos 40 años. Sin embargo, esto choca con una sociedad que mayoritariamente rechaza la violencia y aborrece los crímenes de lesa humanidad.»
Incluso, asegura que entre los votantes de La Libertad Avanza predomina la creencia de que los culpables deben pagar por sus crímenes, lo que dificultaría cualquier intento de liberar a los condenados por violaciones a los derechos humanos.
Las marchas y la reivindicación de militares caídos
Sobre las manifestaciones en favor de militares caídos en los años 70, Crenzel califica algunas de estas reivindicaciones como «oportunistas». Explica que muchos de esos soldados recibieron honores y ascensos póstumos en su momento, pero que el trasfondo actual es otro:
«Detrás de estos reclamos se esconde la estrategia de liberar a los condenados por delitos de lesa humanidad. No es una demanda de reconocimiento, sino un intento de impunidad.»
Recuerda que en los años 80, organizaciones similares surgieron para exigir el indulto, que finalmente concedió el expresidente Carlos Menem.
El rol de Mario Firmenich y la instrumentalización del pasado
Sobre la reciente reaparición de Mario Firmenich, exlíder montonero, en apoyo a una marcha de jubilados, Crenzel es categórico:
«Su figura no tiene presencia real en la Argentina actual. Su aparición es usada estratégicamente por el gobierno para justificar la represión. No ayuda a la protesta social porque su imagen es fácilmente instrumentalizable por el oficialismo.»
El significado de «los 30 mil» y la lucha contra el negacionismo
Crenzel profundiza sobre la cifra de los 30 mil desaparecidos y su construcción histórica. Según explica, esta estimación surge de testimonios de familiares, organismos de derechos humanos y organismos internacionales desde los primeros años de la dictadura:
«Hay registros de 30 mil desaparecidos en informes de Amnistía Internacional de 1977 y de la Comisión Argentina de Derechos Humanos. La cifra no nació con las políticas de reparación, sino mucho antes.»
Además, rechaza los discursos que buscan minimizar el número o acusar a las víctimas de «lucrar con la memoria»: «Se trata de una estrategia para tergiversar la historia y desacreditar el movimiento de derechos humanos.»
La continuidad de los juicios y el prestigio internacional de Argentina
A pesar de los obstáculos actuales, Crenzel destaca que los juicios por crímenes de lesa humanidad siguen avanzando:
«No son actos de venganza. Se basan en pruebas, permiten la defensa y condenan según las responsabilidades individuales. A pesar de los intentos de desmantelar estructuras del Estado vinculadas a los derechos humanos, los juicios continúan y posicionan a Argentina como un referente mundial en esta materia.»
«Argentina, 1985»: una herramienta educativa
El investigador también rescata el impacto de la película Argentina, 1985, que narra el Juicio a las Juntas:
«Fue un fenómeno masivo, tanto en Argentina como en España. Reinstaló en el debate público la importancia de la justicia penal en crímenes de lesa humanidad.»
Si bien señala algunas omisiones históricas, considera que el film es una herramienta valiosa en las aulas:
«Permite ver las tensiones y desafíos de la democracia temprana, el acoso a fiscales y testigos, y el valor de las víctimas para lograr justicia. La sentencia fue ejemplar al demostrar que nadie está por encima de la ley.»
Un pasado presente
A 48 años del golpe de Estado, Emilio Crenzel advierte sobre los desafíos que enfrenta la memoria colectiva en Argentina. En un contexto donde sectores políticos buscan resignificar la historia y relativizar los crímenes de la dictadura, el investigador insiste en que recordar es la clave para no repetir.
«Este año debe ser un espejo del pasado que decidamos no repetir.»