Empate entre Rosario Central y Banfield marcado por incidentes en la tribuna

El empate 1-1 entre Rosario Central y Banfield, disputado este domingo en el Gigante de Arroyito, quedó empañado por los disturbios ocurridos tras el gol de Leandro Garate, que había puesto en ventaja al equipo visitante a los 26 minutos de juego. A partir de ese momento, un grupo de hinchas auriazules desató el caos, con una bomba de estruendo lanzada cerca del arquero de Banfield, Facundo Sanguinetti, y un cartel que generó gran revuelo dentro y fuera del estadio.

Una bomba de estruendo y un mensaje desafiante

El incidente comenzó cuando los hinchas que se encontraban en la popular de Regatas arrojaron una bomba de estruendo que cayó peligrosamente cerca de Sanguinetti. El árbitro se vio obligado a detener brevemente el partido para garantizar la seguridad del arquero. Sin embargo, el foco de la atención pronto se desvió a otro punto: dos jóvenes, con los rostros cubiertos, desplegaron un cartel con el mensaje «No respetamos a nadie», mientras vestían camisetas de Rosario Central que llevaban la inscripción “Samuel siempre presente” en la espalda.

La referencia a Samuel Medina, el yerno de «Guille» Cantero

La referencia a Samuel Medina, conocido como «Gordo Samu», es clave en este incidente. Medina, quien era yerno de Ariel Máximo «Guille» Cantero, el líder de la peligrosa banda de Los Monos, fue asesinado el pasado 1 de octubre en un ataque a tiros mientras se desplazaba en un vehículo por la colectora de Circunvalación Juan Pablo II y José María Fernández, en la zona norte de Rosario. El crimen de Medina, aún sin detenidos, sigue bajo investigación y se vincula con las disputas internas en la barra brava de Rosario Central.

El mensaje en el cartel de los hinchas, «Siempre mono, nunca sapo», añade otra capa de complejidad al asunto. Esta frase es comúnmente utilizada por «La 12», la barra brava de Boca Juniors, lo que genera preguntas sobre la relación entre ambas facciones. Sin embargo, en este contexto, el término «mono» también es una referencia a la banda de Los Monos, lo que subraya las conexiones entre el fútbol y las actividades delictivas en Rosario.

El enigmático número 17 y la pista de «La mafia quiqueña»

Uno de los detalles más intrigantes es el número 17 que aparece en el piluso del mono en la bandera desplegada. Los investigadores sugieren que podría hacer referencia al barrio 17 de Agosto, conocido por ser uno de los bastiones del clan Cantero. Esta interpretación refuerza la teoría de que el incidente está directamente relacionado con las actividades de la barra brava vinculada a Los Monos.

Otra inscripción en la bandera, «LMQ», aparentemente corresponde a «La mafia quiqueña», otro término que vincula directamente a Samuel Medina, también apodado «Quique». Estas conexiones subrayan la influencia de la organización criminal en el entorno del fútbol rosarino, en particular dentro de los sectores más radicalizados de la hinchada de Rosario Central.

Un asesinato sin resolver y sus vínculos con el fútbol

El homicidio de Samuel Medina, que sigue sin esclarecerse, está cargado de pistas que lo vinculan al ambiente de la barra brava. Los investigadores encontraron dos tickets del partido entre Rosario Central y Vélez en el auto donde Medina fue acribillado. Este dato sugiere que había estado en el estadio el día del asesinato, lo que fortalece las sospechas de una interna violenta dentro de la hinchada auriazul.

El asesinato ocurrió poco después de que Central derrotara a Vélez 3-0 en el Gigante de Arroyito. Informes de la policía indican que Medina habría tenido una discusión en el estadio durante ese partido, lo que podría haber sido el detonante de su muerte. Aunque aún no hay detenidos, el episodio refleja las tensiones internas en el mundo del fútbol y su intersección con el crimen organizado en la ciudad.

Un problema recurrente en el fútbol argentino

Este tipo de incidentes no son aislados en el fútbol argentino, donde las barras bravas han tenido históricamente un papel de poder dentro y fuera de los estadios. En Rosario, en particular, la relación entre la violencia organizada y el fútbol ha alcanzado niveles alarmantes. Los Monos, una de las bandas criminales más temidas del país, ha extendido sus tentáculos hacia los equipos de la ciudad, con Rosario Central como uno de sus principales escenarios.

El cartel mostrado durante el partido de este domingo es solo una manifestación más de esta peligrosa conexión, que desafía no solo a las autoridades del fútbol, sino también a las fuerzas de seguridad y al sistema judicial, que deben lidiar con un fenómeno que parece estar fuera de control.

Consecuencias para el club y el fútbol rosarino

A raíz de estos incidentes, Rosario Central podría enfrentar sanciones por parte de la AFA y las autoridades competentes. La seguridad en los estadios es un tema sensible, y cualquier episodio que ponga en riesgo la integridad de los jugadores o el desarrollo del espectáculo deportivo conlleva posibles consecuencias disciplinarias.

Este suceso también reaviva el debate sobre cómo gestionar la violencia en el fútbol, un problema que parece no tener fin en Argentina. La relación entre los clubes, las barras bravas y las organizaciones delictivas como Los Monos sigue siendo un terreno resbaladizo, donde las soluciones no son sencillas y las tensiones se incrementan partido tras partido.