En una intervención sin precedentes, Estados Unidos lanzó este sábado un ataque aéreo contra tres complejos nucleares clave en Irán, en el marco del conflicto bélico que ese país mantiene con Israel. La ofensiva, ejecutada con bombas antibúnker de alta potencia y aviones furtivos B-2, marca el ingreso directo de Washington en un enfrentamiento que amenaza con escalar a niveles regionales y globales.
El presidente Donald Trump confirmó los ataques a las instalaciones de Fordo, Natanz e Isfahán, al calificar la operación como un “logro militar espectacular”. Medios iraníes reconocieron la ofensiva y confirmaron daños en los complejos.
Según informó el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, se utilizaron siete bombarderos B-2 para desplegar 14 bombas GBU-57, también conocidas como “Penetradores Masivos de Artillería”, cada una de ellas con un peso superior a las 13 toneladas. Estas ojivas pueden penetrar decenas de metros bajo tierra antes de detonar, lo que permite atacar estructuras profundamente enterradas. Israel, hasta el momento, no cuenta con este tipo de armamento.
Irán promete represalias
En respuesta, el gobierno iraní lanzó 40 misiles contra distintos objetivos en Israel, incluyendo el aeropuerto internacional Ben Gurión, en las afueras de Tel Aviv, y un presunto centro de investigación biológica. Medios internacionales reportaron daños en barrios residenciales de esa ciudad y al menos 23 personas heridas.
Teherán advirtió que Estados Unidos deberá enfrentar consecuencias. “Habrán represalias que lamentará”, aseguraron los Guardianes de la Revolución, el cuerpo de élite del ejército iraní. Por su parte, el presidente Masud Pezeshkian calificó el ataque como una “agresión inadmisible” y denunció una “acción criminal” por parte de Washington. “No hay línea roja que no hayan cruzado”, declaró.
Además, el gobierno iraní anunció la ejecución de un presunto espía vinculado al Mossad, en lo que podría interpretarse como un mensaje adicional hacia Israel.
Consecuencias y reacciones internacionales
El bombardeo estadounidense provocó un fuerte pronunciamiento del canciller norteamericano Marco Rubio, quien aseguró que el objetivo no es un conflicto abierto, sino reactivar negociaciones sobre el programa nuclear civil iraní. “Estamos dispuestos a hablar, si verdaderamente quieren energía nuclear pacífica”, expresó.
Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció públicamente a Trump. “Con esta operación, Estados Unidos ha marcado un punto de inflexión histórico para Medio Oriente”, señaló. Al mismo tiempo, el ejército israelí lanzó una nueva ofensiva sobre posiciones militares en el oeste de Irán, causando la muerte de al menos cuatro soldados, según reportó la agencia Isna.
En alerta
La región se encuentra ahora en un punto crítico. El incremento del precio del petróleo y la creciente tensión entre potencias con capacidad nuclear generan preocupación a nivel internacional. Se teme que esta escalada derive en un conflicto de mayor envergadura o en sanciones económicas que afecten a mercados globales.
Por el momento, Estados Unidos no descarta presionar por un cambio de régimen en Irán, mientras crecen los llamados a la diplomacia por parte de actores europeos y organismos internacionales.