Francisco: un pontífice de 88 años que enfrenta desafíos históricos con liderazgo y resiliencia

El Papa Francisco, a sus 88 años, sigue siendo una figura de relevancia global, tanto dentro como fuera de la Iglesia Católica. A pesar de su adaptación a la silla de ruedas, su lucidez y autoridad permanecen intactas. Este año, con una entrevista publicada recientemente por una periodista argentina, el pontífice dejó claro que sigue siendo un líder enérgico, preciso y consciente de los desafíos que enfrenta su institución. Con su cumpleaños, también alcanzó un hito histórico al convertirse en el pontífice en ejercicio de mayor edad desde 1902.

Un papado entre tensiones internas y reformas necesarias

El 2024 encuentra a Francisco lidiando con una creciente tensión entre los sectores progresistas y conservadores de la Iglesia Católica. La necesidad de reformas que modernicen y acerquen la institución a los fieles es evidente, pero los cambios radicales podrían fragmentar aún más a la Iglesia, arriesgando su unidad.

Para manejar esta compleja situación, el Papa confió en el cardenal Víctor “Tucho” Fernández, un teólogo cordobés al que designó como prefecto de la Doctrina de la Fe en 2023. Desde entonces, Fernández ha impulsado ajustes doctrinales progresistas, destacando la declaración “Fiducia Suplican”, que permite la bendición pastoral a parejas homosexuales. Sin embargo, esta medida desató una tormenta de críticas, con 781 obispos africanos rechazándola y acusaciones en redes sociales contra Francisco por generar confusión.

El fracaso del Sínodo Mundial sobre la Amazonia en 2019 marcó una lección clave para Francisco. Por ello, convocó al “Sínodo de los Sínodos”, una histórica asamblea que se extendió entre 2023 y 2024. Aunque se discutieron temas como el diaconado femenino, el celibato eclesiástico y cuestiones relacionadas con la diversidad sexual, estos quedaron postergados para 2025, en busca de un consenso más maduro.

Un pontífice en la arena diplomática

En el ámbito internacional, Francisco se mantiene como una figura clave en la diplomacia global. Este año, su relación con el presidente argentino Javier Milei llamó especialmente la atención. El primer encuentro entre ambos, en febrero durante la canonización de Mama Antula, marcó un tono de cordialidad inesperada. Sin embargo, con el paso de los meses, las tensiones afloraron. Desde comentarios críticos de Francisco hacia la gestión libertaria, hasta gestos como la ausencia de funcionarios argentinos en la conmemoración del 40º aniversario del tratado de paz con Chile, la relación ha transitado por momentos complejos.

Más allá de Argentina, el Papa se ha involucrado profundamente en conflictos internacionales. En Ucrania, sigue abogando por el diálogo, instando a las partes a buscar una solución negociada. Aunque su llamado a izar la “bandera blanca” generó reacciones negativas por parte del gobierno ucraniano, el Vaticano continúa mediando. Recientemente, el cardenal Matteo Zuppi visitó Moscú, logrando avances en la búsqueda del retorno de niños ucranianos trasladados a Rusia.

En Gaza, Francisco ha reiterado su mensaje de que “toda guerra es una derrota” y ha condenado la violencia en la región, reforzando su papel como un promotor incansable de la paz.

Liderazgo en medio de tensiones internas y externas

A pesar de los desafíos, el Papa Francisco sigue mostrando una capacidad única para mantener su liderazgo y relevancia. La Iglesia Católica, bajo su guía, enfrenta una encrucijada histórica en la que la moderación, el diálogo y las decisiones estratégicas serán cruciales para su futuro.