Guille Cantero, imputado como jefe de la barra de Newell’s: una trama de poder desde la cárcel

En una extensa audiencia celebrada este viernes en el Centro de Justicia Penal de Rosario, Ariel Máximo «Guille» Cantero, líder de la organización criminal Los Monos, fue imputado por primera vez como el jefe de la barra brava de Newell’s Old Boys. Este rol, ampliamente señalado en audiencias judiciales previas, fue formalizado por los fiscales provinciales Adrián Spelta y Franco Carbone, quienes también acusaron a otras diez personas vinculadas a la facción oficial y a la disidente de la barra rojinegra.

Los fiscales argumentaron ante el juez Fernando Sosa que «Guille» Cantero ejerce un control absoluto sobre la barra desde el penal federal de Marcos Paz, donde cumple una condena de 132 años por múltiples causas. Según se detalló, Cantero decide quiénes lideran las facciones y recibe una parte de los ingresos que estos generan mediante actividades ilegales relacionadas con el club y sus partidos en el Coloso Marcelo Bielsa.

Una red de beneficios ilícitos

Los cabecillas de la barra oficial reciben, según la acusación, un millón y medio de pesos por partido, junto con 1.700 entradas de protocolo y hasta 20 prendas deportivas proporcionadas por dirigentes del club. Además, obtienen ganancias adicionales a través de actividades como el cobro de estacionamiento en las inmediaciones del estadio y la explotación de carritos de comida rápida en el parque Independencia.

Las directrices de «Guille» eran transmitidas por Diego Gabriel Cantero, primo del líder, quien se hacía pasar por su hermano para visitarlo en prisión. Apodado «Maradona», Diego Cantero actuaba como nexo entre «Guille» y quienes ejecutaban los negocios ilícitos vinculados a Newell’s.

Imputados clave y su rol en la barra

Entre los acusados estuvieron Leandro «Pollo» Vinardi, Sabrina Ivana Barrías, Emir Rodríguez, Luciano «Lucho» Gallardo, Fernando «Fer» Arriola, Mauro Travaglini, Alejandro «Rengo» Ficcadenti, Sergio «Bebe» Di Vanni y Oscar «Torrasa» Mauro.

Vinardi, un histórico aliado de «Guille», lidera la facción oficial desde el penal de Ezeiza. Según los fiscales, delegó el control operativo en su pareja, Sabrina Barrías, y en el hijo de esta, Emir Rodríguez. Ambos, a su vez, dieron órdenes a Gallardo y Arriola, quienes actuaban como representantes de la barra durante los partidos. Arriola y Travaglini fueron detenidos en julio pasado mientras portaban un arma de fuego.

Por otro lado, la facción disidente estaba encabezada por Alejandro «Rengo» Ficcadenti. Según la investigación, Ficcadenti llegó a un acuerdo con «Guille» mediante una llamada triangulada en enero pasado para intentar desplazar a Vinardi, ofreciéndole mayores ingresos por partido. Este conflicto derivó en episodios violentos, como el ataque a la familia de Ángel Di María, cuando se especulaba con su regreso a Rosario Central, y un intento de asesinato contra «Lucho» Gallardo, que terminó hiriendo a su hijastro.

El desenlace de la disputa

La feroz pugna entre ambas facciones culminó en julio pasado, cuando Diego Cantero comunicó la decisión de «Guille» de mantener a Vinardi al frente de la barra rojinegra. Este desenlace, lejos de cerrar las heridas, refleja cómo el poder de Los Monos se extiende incluso desde la prisión, afectando no solo al club, sino también a la seguridad de la ciudad.