El legendario Monte Ararat, en la frontera entre Turquía e Irán, vuelve a estar en el centro del debate tras un hallazgo que podría aportar pruebas sobre la existencia del Arca de Noé. Un equipo de científicos descubrió evidencia de un evento catastrófico en la región, reforzando la teoría de que una gran inundación habría cubierto la zona hace miles de años.
El foco de la investigación es la formación Durupinar, una estructura geológica de 164 metros de largo compuesta de limonita, que por su forma y dimensiones ha sido vinculada durante años con la descripción bíblica del Arca. Según el portal británico The Mirror, las recientes investigaciones arrojan nuevos indicios que alimentan la hipótesis de su existencia.
Análisis de muestras: rastros marinos en la montaña
Los investigadores tomaron muestras de roca y tierra del sitio y las enviaron a la Universidad Técnica de Estambul para su análisis. Los resultados fueron sorprendentes: se hallaron rastros de materiales arcillosos, depósitos marinos y restos de mariscos, incluidos moluscos.
Los estudios de datación revelaron que estos materiales tienen entre 3.500 y 5.000 años de antigüedad, coincidiendo con el período Calcolítico, época que algunos relacionan con la narración del diluvio universal descrito en el Génesis.
«Según los resultados iniciales, se cree que hubo actividades humanas en esta región desde el período Calcolítico», explicó el investigador principal, Dr. Faruk Kaya. Además, el descubrimiento de organismos marinos sugiere que la zona estuvo sumergida bajo el agua en algún momento, lo que refuerza la hipótesis de una inundación de gran magnitud.
¿Mito o realidad? El eterno debate sobre el Arca de Noé
El descubrimiento de la formación Durupinar no es nuevo. La estructura fue identificada por primera vez en 1948 por un agricultor kurdo y desde entonces ha sido objeto de numerosas investigaciones. Sin embargo, nunca se llegó a una conclusión definitiva sobre su origen ni sobre su relación con el Arca.
«Nuestros estudios muestran que esta región albergó vida en ese período y que, en algún momento, estuvo cubierta por agua», señalaron los científicos involucrados en el proyecto. Aunque no se ha confirmado que la formación corresponda al Arca de Noé, el hallazgo de restos marinos a gran altitud reabre el debate sobre la veracidad de la historia bíblica.
El equipo de investigación planea continuar explorando la zona en busca de más pruebas que permitan reconstruir con mayor precisión lo ocurrido en la región hace miles de años. Mientras tanto, el Monte Ararat sigue siendo un enigma arqueológico que despierta el interés de científicos, historiadores y creyentes de todo el mundo.