Una esquina céntrica de Rosario fue escenario de un fuerte siniestro vial que terminó con una camioneta incrustada en un kiosco, generando momentos de tensión entre los transeúntes. El hecho ocurrió en la intersección de Moreno y Zeballos, donde dos camionetas colisionaron y una de ellas terminó dentro del comercio.
A pesar de la espectacularidad del choque, no hubo heridos y los daños fueron solo materiales. Los vehículos involucrados fueron una Peugeot negra y una Ford azul, esta última conducida por Graciela, quien relató lo sucedido: «Esquivé una moto que venía por Zeballos, yo iba por Moreno. Lamentablemente toqué al chico que iba en la chata y no pude frenar», explicó visiblemente afectada.
Con más de 20 años de experiencia al volante, la mujer no ocultó su angustia por el episodio: «Nunca tuve un problema, pero son cosas de la vida. Pido disculpas a la gente por el daño que ocasioné», expresó. Además, mostró su enojo con el motociclista que originó la maniobra: «El de la moto se fue, ni siquiera se dio por enterado».
Dentro del kiosco, el estruendo alertó a la empleada que atendía el local. «Escuché el primer golpe y cuando me di cuenta, la camioneta azul venía hacia el vidrio», contó en diálogo con Radio 2. Afortunadamente, la mercadería apilada amortiguó el impacto y evitó daños mayores: «La trompa de la camioneta quedó la mitad adentro del negocio, pero por suerte estaba lejos y sabía que no me iba a pasar nada».
El accidente dejó grandes destrozos en el comercio, pero los protagonistas del choque resultaron ilesos. «Los vecinos asistieron a la señora, que estaba bien. El otro chico también estaba en buen estado, así que dentro de todo fue un alivio», concluyó la encargada del kiosco.