En un contexto de ajuste fiscal y reducción de transferencias nacionales, los 23 gobernadores del país y el jefe de Gobierno porteño se reunirán este martes en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) bajo un título que suena técnico, pero esconde una preocupación política central: la búsqueda urgente de recursos y una señal de unidad ante la Nación.
Aunque aclararon que “no es una cumbre anti-Milei”, el encuentro lleva implícita una crítica: la caída en las transferencias automáticas por coparticipación, que ha comenzado a estrangular las cuentas provinciales. De fondo, también se hablará del estado crítico de las rutas nacionales, que afecta no solo la conectividad, sino también la producción y el turismo, pilares económicos de muchas regiones.
El nombre formal de la reunión —“Nuevas fuentes de financiamiento para el desarrollo de una infraestructura federal”— es una manera de poner en agenda dos temas urgentes sin confrontar abiertamente: la falta de obras públicas y la necesidad de nuevas alternativas de financiamiento ante un Estado nacional cada vez más ausente.
Según datos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), las transferencias nacionales registraron una baja real del 23,3% interanual en mayo, y se espera que a lo largo de 2025 la coparticipación caiga un 4,2%, lo que implicaría una pérdida de casi 2,5 billones de pesos para las provincias.
Santa Fe y La Pampa, en la primera línea del ajuste
De acuerdo con un informe de la Comisión Federal de Impuestos, Santa Fe y La Pampa serían las más afectadas, con pérdidas del orden del 6%. El resto de las provincias enfrentaría caídas entre el 3,5% y el 4%, mientras que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sería la menos impactada, con un retroceso del 2%.
Desde la Casa Rosada respondieron con desconcierto: aseguraron que ningún gobernador había planteado el tema en las reuniones recientes con el ministro de Economía, Luis Caputo, ni con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El deterioro de las transferencias tiene causas macroeconómicas. Según el IARAF, se debe al mal desempeño de la recaudación del Impuesto a las Ganancias y al descenso del IVA, ambos directamente ligados al consumo y a la actividad económica, que continúan retraídos pese al descenso inflacionario.
Una reunión, muchas lecturas
Aunque no se trata de un cónclave opositor, la foto conjunta de los gobernadores busca marcar presencia política frente a un escenario que los debilita económicamente y los obliga a buscar consensos transversales. En el fondo, lo que se juega no es solo plata, sino poder.
El federalismo, en estos tiempos, se discute no solo en los discursos, sino en la distribución concreta de los recursos. Y los gobernadores lo saben: la supervivencia fiscal de sus provincias depende, en buena parte, de lo que puedan negociar o reclamar unidos.