Israel ejecutó un ataque aéreo de gran escala sobre territorio iraní, en lo que calificó como una acción «preventiva» destinada a neutralizar una amenaza directa contra su seguridad nacional. La operación se centró en infraestructura nuclear, fábricas de misiles balísticos y objetivos militares estratégicos en diversas regiones de Irán.
El gobierno israelí, encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, aseguró que «no había otra opción» que actuar en defensa propia, anticipando un inminente contraataque con misiles y drones por parte de Irán.
Los blancos y el alcance del ataque
De acuerdo con el comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), la ofensiva incluyó la participación de decenas de aviones de combate que impactaron objetivos considerados de alta peligrosidad. Entre ellos se encuentran instalaciones relacionadas con el programa nuclear iraní, particularmente en Fordo y Natanz, esta última epicentro del enriquecimiento de uranio en Irán.
Aunque aún no se ha confirmado oficialmente, medios iraníes y agencias internacionales como AFP y Reuters reportaron fuertes explosiones en el noreste de Teherán y la posible muerte del jefe del Estado Mayor iraní, Mohammad Bagheri, lo que representaría un golpe significativo a la estructura militar del país persa.
Estado de emergencia y alerta generalizada en Israel
Como respuesta anticipada a una represalia, el Mando del Frente Interior de Israel declaró el estado de emergencia en todo el país, suspendiendo:
- Todas las actividades educativas
- Reuniones públicas
- Presencialidad en lugares de trabajo
Además, se instruyó a la población a seguir exclusivamente las directivas oficiales del ejército. Tzvika Tessler, alto mando del Frente Interior, advirtió sobre la posibilidad de un «ataque significativo desde el este», con misiles capaces de impactar en cualquier punto del país. Las alertas antiaéreas están activadas a nivel nacional.
Reacciones oficiales: entre advertencias y advertencias
Netanyahu justificó la operación en un mensaje en video:
“Había una amenaza contra la propia supervivencia de Israel. Actuamos para desmantelar capacidades que podrían haber causado un daño irreversible.”
Por su parte, el jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Eyal Zamir, envió un mensaje directo a Teherán:
“La historia nos enseñó que no debemos doblegarnos ante quienes buscan destruirnos. Quien desafíe a Israel pagará un alto precio.”
Irán aún no respondió oficialmente, pero se prepara para represalias
Mientras tanto, el gobierno iraní aún no ha emitido un comunicado oficial, aunque la televisión estatal confirmó explosiones y posibles víctimas. Algunos reportes indican incendios en cuarteles de la Guardia Revolucionaria y restricciones en el tráfico aéreo dentro del país.
En respuesta inmediata, Irak cerró su espacio aéreo, suspendiendo todos los vuelos en su territorio, lo que sugiere un esfuerzo regional por contener la escalada.
Estados Unidos se distancia
En una declaración breve, la administración estadounidense se despegó de la ofensiva israelí, calificándola como una “acción unilateral”. Esta diferenciación refleja una creciente tensión en la coordinación estratégica entre Washington y Jerusalén, especialmente luego de la prolongada crisis en Gaza y la falta de avances diplomáticos con Irán.
Análisis: el inicio de una nueva fase del conflicto
Este ataque marca una de las mayores escaladas militares entre Israel e Irán en los últimos años. No solo implica una intervención directa en suelo iraní, sino que también reabre el conflicto regional con impacto global, afectando mercados, precios del petróleo y los equilibrios geopolíticos en Medio Oriente.
Israel argumenta que la acción es preventiva y necesaria, mientras que el mundo ahora observa a Irán y su posible respuesta.
La región está en máxima tensión. Las próximas horas podrían definir si se trata de un episodio aislado o del comienzo de un conflicto regional abierto de consecuencias impredecibles.