Los corralones de materiales de construcción enfrentan una nueva ola de estafas en la que se ven involucrados de forma indirecta. La maniobra, que ya ha afectado a varios negocios del rubro, consiste en la simulación de pagos por transferencia bancaria al momento de la entrega de los productos.
La estafa no es del todo nueva. Años atrás, delincuentes ya habían utilizado a los corralones como pantalla para fraudes mediante publicaciones en MarketPlace. En aquel entonces, los estafadores ofrecían materiales por debajo del precio de mercado y exigían un anticipo por transferencia antes de que el comprador pudiera retirar los productos. Cuando la víctima llegaba al corralón, descubría que no había ninguna compra registrada y que el dinero había sido enviado a una cuenta ajena a la empresa.
Con el tiempo, la trampa se hizo conocida y cada vez menos personas caían en ella. Ante esto, los estafadores refinaron su método. Ahora, el anzuelo sigue siendo el mismo—ofrecer materiales a precios muy bajos en redes sociales—pero con un cambio que genera una falsa sensación de seguridad en la víctima: le aseguran que no deberá realizar la transferencia hasta que el camión llegue a su domicilio.
Así opera el engaño: una vez que el comprador acepta la oferta, el estafador contacta a un corralón legítimo y realiza un pedido idéntico de materiales, solicitando la entrega a domicilio con pago en efectivo. Cuando el camión llega al lugar, el estafador llama al comprador y le exige que transfiera el dinero para que descarguen los materiales. La víctima, confiada en que la entrega es legítima, transfiere la suma acordada. Sin embargo, el conductor del camión, que desconoce la situación, intenta cobrar en efectivo y se encuentra con la sorpresa de que el comprador cree haber pagado por transferencia.
Silvana, encargada de un corralón que fue utilizado para este tipo de fraude, relató en Radio 2 cómo lograron evitar una pérdida significativa: “En nuestro caso, no llegamos a descargar los palets con ladrillos, pero algunos colegas sí lo hicieron. Después es muy difícil levantar todo porque el cliente no termina de entender que fue estafado”.
Desde el sector piden a los clientes extremar precauciones y desconfiar de ofertas demasiado tentadoras. “Es mejor tomarse un minuto para buscar el número oficial del corralón y confirmar la compra antes de hacer cualquier pago”, recomendó Silvana.
Además, alertó sobre el impacto económico de estos fraudes: “Entendemos que hay mucha necesidad y la gente quiere ahorrar, pero al final terminan pagando el doble o quedándose sin los materiales”.
Las estafas en el comercio de materiales siguen evolucionando, y la clave para evitar caer en ellas es la verificación. Desde los corralones insisten en que cualquier compra debe realizarse directamente con ellos y no a través de intermediarios desconocidos en redes sociales.