Tras la eliminación del cepo cambiario y el salto del dólar oficial a $1.230, el mercado minorista en Rosario transita su primer día bajo una nueva dinámica, pero sin sobresaltos en los supermercados. Desde la Cámara de Supermercadistas de Rosario aclararon que, al menos por ahora, no llegaron listas nuevas con aumentos de precios por parte de los proveedores, aunque el contexto mantiene en alerta a todos los actores del consumo.
“Hasta ahora, desde la industria no hubo nuevas listas, los aumentos todavía no se dieron. Si alguien está aumentando sin necesidad, que tenga mucho cuidado porque la gente se lo va a hacer pagar”, lanzó con contundencia Sergio Cassinerio, referente del sector, en declaraciones al programa De boca en boca (Radio 2).
El cliente como freno al abuso
En medio de la incertidumbre económica que genera el levantamiento del cepo, el dato más relevante es que el consumidor argentino actúa con racionalidad. No hubo corridas a los supermercados, ni picos de ventas para stockeo como los que podrían haberse esperado. Según Cassinerio, “ni el fin de semana ni el lunes hubo ventas extraordinarias. En lo que va de la mañana del martes, las compras son las de cualquier día normal”.
En este nuevo escenario, la conducta del comprador es clave. “El cliente está muy atento, con un comportamiento racional y controlado. Si ve algo que sube más de la cuenta, cambia el tipo de consumo. Ya no hay lugar para aumentos especulativos porque el bolsillo hace de dique contenedor de cualquier exceso”, explicó el dirigente supermercadista.
La “gimnasia” del consumo inteligente
Una de las características que define al consumidor actual es la estrategia de compra medida, centrada en aprovechar promociones y comprar lo justo. “La gente compra poco y vuelve rápido, no hace compras grandes, sino que va y viene, busca precios, compara”, indicó Cassinerio, quien además destacó que esta dinámica obliga a los comerciantes a ser mucho más cuidadosos con las actualizaciones de precios.
Esa gimnasia se refleja, por ejemplo, en el consumo de carne. Tras una actualización reciente en el precio de la carne vacuna, muchos consumidores migraron rápidamente hacia cortes de pollo o cerdo, donde aún se encuentran valores más accesibles. “Ya venimos viendo esta tendencia: cuando algo se dispara, el cliente cambia y busca alternativas”, explicó.
Aumentos programados y cautela empresarial
Consultado sobre cómo se manejan las empresas proveedoras, Cassinerio aclaró que no hay una conducta uniforme. Algunas empresas aplican incrementos mensuales de entre 2% y 2,5%, mientras que otras eligen actualizaciones trimestrales de alrededor del 6%, para luego mantener precios estables por un período más prolongado. Esta metodología, aseguran, permite sostener relaciones comerciales sin caer en abusos ni provocar caídas bruscas en las ventas.
En definitiva, el primer día tras el fin del cepo se vive con cierta calma en las góndolas, pero con el foco puesto en los próximos días, cuando la estabilidad o la tensión dependerán, en gran medida, de cómo se traslada el nuevo valor del dólar oficial a los costos logísticos, la industria y el precio final.
Lo que está claro, y todos en el sector lo entienden, es que el consumidor ya no tolera los aumentos “por las dudas”. En un mercado donde cada peso cuenta, el que se excede, lo paga.