En pleno siglo XXI, solemos priorizar la protección de nuestra piel y cabello ante las inclemencias del sol veraniego. Sin embargo, pocas veces hablamos con la profundidad que merece sobre el cuidado de nuestros ojos, esos órganos sensoriales complejos que procesan más de 10 millones de datos por segundo. Tristemente, no solemos darles la atención adecuada hasta que enfrentamos molestias o lesiones.
El verano, especialmente en las escapadas a la playa, puede convertirse en un desafío para nuestros ojos debido a factores como el sol, el viento y el agua. El doctor Fernando Giusio, jefe del Departamento de Ojo Seco del Instituto Zaldívar, destaca algunos consejos esenciales para proteger nuestra vista durante esta temporada.
Los peligros invisibles del verano: viento, sol y agua
Según el Dr. Giusio, “en la playa nos exponemos al sol, el viento y el agua del mar, lo que puede irritar y secar considerablemente los ojos”. Para mitigar estos riesgos, el especialista sugiere el uso de gafas de sol de buena calidad y gorros para protegernos del sol desde todos los ángulos. Además, si planeamos nadar, es recomendable evitar abrir los ojos bajo el agua o, idealmente, usar antiparras tanto en la playa como en piscinas.
El riesgo de las gafas de sol truchas
En las playas argentinas es común encontrar vendedores ambulantes ofreciendo gafas de sol a precios tentadores. Sin embargo, adquirir estos productos puede ser más perjudicial que beneficioso para la salud ocular. “Lo barato sale caro”, advierte Giusio, y agrega que “las gafas económicas, sin certificación, no ofrecen protección adecuada contra los rayos UV ni cuentan con la tecnología necesaria para cuidar nuestra vista”.
El proceso de fabricación de lentes certificados incluye filtros antirreflex, infrarrojos y fotocromáticos, además de monturas resistentes y livianas. Al adquirirlos en una óptica, no solo aseguramos calidad y durabilidad, sino también la garantía de reposición en caso de fallas.
Antiparras: aliadas indispensables en el agua
Aunque muchos asocian el uso de antiparras con deportes acuáticos o con los más pequeños, su uso debería ser una práctica común para todos. Giusio destaca que “las piletas pueden contener parásitos y niveles de contaminación altos, mientras que la salinidad del mar también puede irritar los ojos”. Por lo tanto, utilizar antiparras es clave para prevenir complicaciones.
Otro problema frecuente en la playa es la entrada de granos de arena en los ojos. En estos casos, el doctor recomienda evitar refregarse, ya que esto puede dañar la córnea. “La solución es parpadear continuamente para estimular el lagrimeo y permitir que la lágrima haga su trabajo de limpieza natural. Si el problema persiste, se debe acudir a un oftalmólogo para extraer el cuerpo extraño de forma segura”.
Ojo seco: la epidemia silenciosa de la era digital
Por fuera de los cuidados específicos del verano, existe una afección ocular que afecta cada vez a más personas en el mundo: el ojo seco. Este problema, directamente relacionado con el abuso de pantallas, se ha convertido en una preocupación global, según el Dr. Giusio.
“El ojo seco es una enfermedad multifactorial que puede afectar a niños y adultos. Los síntomas incluyen picazón, dolor, ardor y sensación de tener basuritas en los ojos, lo que puede derivar incluso en cefaleas y cuadros depresivos”, explica el médico.
La enfermedad tiene mayor prevalencia en mujeres, especialmente después de la menopausia, y también está afectando a niños debido al uso prolongado de dispositivos electrónicos. “El parpadeo es esencial para distribuir la lágrima en el ojo. Mientras que en condiciones normales parpadeamos entre 16 y 18 veces por minuto, frente a una pantalla lo hacemos solo 5 o 6 veces”, detalla Giusio.
Para prevenir esta condición, el especialista sugiere pausas regulares cada 20 minutos frente a la pantalla, mirar objetos lejanos para relajar la vista y realizar consultas médicas ante los primeros síntomas. Los tratamientos pueden incluir lágrimas artificiales, luz pulsada o pequeñas intervenciones para aliviar los síntomas, pero es fundamental un acompañamiento profesional, ya que el ojo seco no tiene cura definitiva.
Priorizar el cuidado ocular todo el año
La vista es uno de nuestros sentidos más valiosos y también uno de los más vulnerables a factores externos. Proteger nuestros ojos en la playa, evitar gafas de baja calidad y adoptar hábitos saludables frente a las pantallas son medidas esenciales para garantizar su bienestar.