Maximiliano Pullaro y la alianza Unidos logran una victoria contundente en la elección de convencionales constituyentes y quedan a un paso de tener mayoría propia en la convención que definirá la reforma constitucional de Santa Fe. Con solo dos o tres votos por negociar, el oficialismo tiene el camino allanado para consolidar su dominio institucional y territorial, reafirmando el poder conquistado hace apenas 16 meses. El gobernador no perdió en ningún pueblo ni ciudad de la provincia, y las urnas le dieron un espaldarazo clave de cara al nuevo ciclo político que se abre en Santa Fe.
Unidos, dueño del tablero
La elección dejó claro que Unidos tendrá un control casi absoluto de la convención. La oposición, dispersa y sin figuras de peso, no logró ni siquiera el 16% de los votos en sus principales espacios, lo que la relega a un rol secundario, sin capacidad de bloquear ni condicionar la agenda oficialista. En este nuevo escenario, el debate político será más intenso dentro del propio frente gobernante —entre radicales, socialistas y el PRO— que con los sectores opositores.
Granata, la resistencia del voto anti
Entre los opositores, Amalia Granata fue quien logró sortear con mayor dignidad el desafío electoral. Una vez más, capitalizó el voto bronca y mantuvo su caudal político, pese a la irrupción de La Libertad Avanza (LLA), que amenazaba con arrebatarle protagonismo. Sin embargo, su figura sigue anclada en la supervivencia legislativa y sin proyección para liderar un espacio opositor amplio.
El peronismo, entre la desorientación y la fragmentación
El panorama para el peronismo es desolador. No solo realizó una de las peores elecciones de los últimos años, sino que además la interna lo dejó aún más debilitado. La caída de Marcelo Lewandowski, con apenas el 8% de los votos, terminó de cerrar un ciclo fallido. En paralelo, el Partido Justicialista no logró construir una figura con proyección provincial. El resultado fue tan magro que ni siquiera con la suma de sus tres principales listas (Monteverde, Sukerman y el PJ tradicional) alcanzan el 26%, muy por debajo del 34% de Unidos.
Un dato no menor: sin el aporte de Ciudad Futura y Juan Monteverde, el panorama habría sido aún peor para el justicialismo. De los 212 mil votos de «Más para Santa Fe», 111 mil provinieron del departamento Rosario, y 91 mil de ellos, de la ciudad homónima. Monteverde, además, obtuvo más de 81 mil votos en la interna para concejal, un capital político que confirma su liderazgo local y que no se traslada al resto de la provincia. El propio Monteverde dejó claro que su meta es la intendencia de Rosario en 2027, no la gobernación.
La Libertad Avanza pisa fuerte en Rosario
Romina Diez también plantó bandera en Rosario con la postulación de Juan Aleart, quien no solo se convirtió en convencional, sino que fue el candidato a concejal más votado, incluso por encima del propio Monteverde. Ambos superaron por amplio margen a los postulantes de Unidos en la ciudad, lo que evidencia que en Rosario la LLA se impuso por sobre el oficialismo, a diferencia del resto de la provincia.
Los votos de Monteverde y Aleart, individualmente, superan la suma de toda la interna de Unidos en Rosario. Un dato que revela una debilidad territorial del oficialismo en la principal ciudad de la provincia y un retroceso respecto a 2023.
Pullaro, el candidato del centro-derecha
La elección dejó un dato estratégico: la disputa electoral más importante no se dio entre Unidos y el peronismo, sino entre Unidos y La Libertad Avanza. Pullaro lo entendió desde el primer día de gestión y por eso evitó confrontar con Javier Milei, sabiendo que gran parte de su electorado también lo respalda. Incluso lo ayudó en el Congreso, evitando choques que pudieran desgastar su imagen ante la base electoral que comparten.
Esta estrategia le permitió absorber buena parte del voto libertario y bloquear el crecimiento de LLA, que quedó en tercer lugar con apenas 14%. Unidos, con el 34%, retuvo su liderazgo en el centro-derecha santafesino. Incluso si se sumaran los votos de LLA y Granata (26%), seguirían lejos del oficialismo.
La participación, el gran ausente
El otro gran dato fue la baja participación electoral. Pullaro perdió más de medio millón de votos respecto a su elección como gobernador en 2023. Granata obtuvo la mitad de los sufragios de hace un año y medio. Y el peronismo retrocedió 200 mil votos si se lo compara con la candidatura de Lewandowski en septiembre pasado.
Esta caída se explica por el menor interés en una elección legislativa, el desgaste natural de la gestión y la aparición de nuevos competidores como LLA que fragmentaron el voto. Aun así, Pullaro logró una victoria sin objeciones, con una diferencia clara frente a todas las alternativas. Aun si los opositores se hubieran unido —como se especuló entre Granata y LLA— el resultado no hubiera cambiado: Unidos mantendría su liderazgo y la mayoría en la convención.
Pullaro refuerza su poder con vistas a la reforma
La victoria le permite al gobernador avanzar sin obstáculos hacia la tan esperada reforma de la Constitución santafesina. La posibilidad de habilitar la reelección —su principal objetivo— quedó más cerca. Unidos tiene la fuerza política, el dominio territorial y la iniciativa. La oposición, en cambio, navega entre la fragmentación, el repliegue local y la falta de liderazgos con proyección provincial.