El gobierno de la provincia de Santa Fe ha intensificado su política de vigilancia sanitaria luego de que se detectara un lote contaminado de fentanilo, un potente analgésico de uso hospitalario. La medida fue adoptada tras una serie de alertas sanitarias emitidas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), que identificó un posible vínculo entre este medicamento y un brote infeccioso grave que causó múltiples muertes en centros de salud del país.
El caso, que ya se encuentra en manos de la Justicia federal, ha sacudido al sistema de salud argentino y pone bajo la lupa al laboratorio HLB Pharma Group S.A., fabricante del lote cuestionado. La alerta inicial fue publicada por la Anmat el domingo pasado mediante la disposición N° 3156/2025, en la que se prohibió la comercialización, distribución y uso del lote 31202 de fentanilo HLB, con vencimiento en septiembre de 2026. El producto, una solución inyectable de Citrato de Fentanilo (0,05 mg/ml), se emplea comúnmente en cirugías, terapias intensivas y en el manejo del dolor agudo o crónico.
Medidas inmediatas en Santa Fe
Ante la gravedad del asunto, el Ministerio de Salud de Santa Fe actuó con rapidez. El pasado jueves 8 de mayo, ordenó el retiro preventivo de dicho lote de todos los efectores del sistema de salud pública. Esta acción fue acompañada por una notificación urgente a hospitales y farmacias de la red para identificar y aislar cualquier existencia del medicamento en sus depósitos.
La cartera sanitaria provincial también resolvió, desde el martes 13 de mayo, prohibir el uso de todos los productos elaborados por HLB Pharma, no sólo el lote contaminado. Para garantizar la continuidad de tratamientos y evitar el desabastecimiento, se autorizó a los hospitales públicos a realizar compras directas de medicamentos alternativos provistos por otros laboratorios.
Además, se constituyó una mesa técnica especializada para monitorear la situación en tiempo real, integrada por profesionales del Programa Provincial de Farmacovigilancia, epidemiólogos y especialistas en terapia intensiva. «Los equipos de salud cuentan con instrucciones precisas y alternativas terapéuticas seguras para cada caso», informaron desde el Ministerio. “Seguimos trabajando en coordinación con los organismos nacionales para garantizar la seguridad de los tratamientos y proteger la salud de la población”.
Una muerte bajo investigación en Rosario
En paralelo, se investiga si la muerte de un paciente en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) de Rosario podría estar relacionada con la administración del fentanilo contaminado. La situación generó máxima preocupación entre autoridades y profesionales de la salud, ya que se suma a los casos detectados en hospitales de la provincia de Buenos Aires.
El origen del escándalo
Todo comenzó en abril, cuando un hospital de La Plata registró un brote inusual de neumonía en su unidad de cuidados intensivos. Dieciocho pacientes desarrollaron infecciones graves causadas por las bacterias Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, ambas resistentes a los antibióticos comunes y fuera del perfil habitual de infecciones hospitalarias.
Tras varias pruebas y descartes, los investigadores descubrieron un factor común: todos los pacientes habían recibido fentanilo proveniente del Laboratorio HLB Pharma. Posteriores análisis microbiológicos realizados a ampollas del lote 31202 revelaron la presencia de esas mismas bacterias, lo que confirmó la contaminación microbiana del medicamento.
Nueve de los dieciocho pacientes fallecieron, y la hipótesis de que el anestésico fue la fuente del brote infeccioso se consolidó. El hallazgo llevó a la Anmat a ordenar el retiro del producto en todo el país, la clausura de HLB Pharma y Laboratorios Ramallo —instalado en el parque industrial de esa ciudad—, y la denuncia penal ante el juez federal Ernesto Kreplak.
Un historial oscuro
Según informes de la propia Anmat, HLB Pharma ya venía acumulando sanciones previas por la producción de medicamentos que no cumplían con los estándares de calidad. Fundado en 2006 y habilitado para elaborar e importar medicamentos, productos de higiene y cosméticos, el laboratorio operaba en su sede central en San Isidro y en la planta de Ramallo. Esta última fue habilitada en 2022 para fabricar soluciones inyectables de gran y pequeño volumen.
Para los especialistas, el problema radica en fallas graves en las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), lo que impediría garantizar que los medicamentos allí producidos cumplan con las condiciones de esterilidad y seguridad necesarias para su uso en pacientes de alta vulnerabilidad.
Impacto nacional
El alcance del caso es aún incierto. Se sabe que HLB Pharma era uno de los principales proveedores de fentanilo del país, y que muchas instituciones públicas y privadas de salud confiaban en sus productos. Según fuentes médicas de Rosario, “todos los hospitales le compraban”. La entrada del lote contaminado a farmacias y depósitos hospitalarios ocurrió en febrero, lo que plantea la posibilidad de que muchos pacientes hayan recibido el medicamento antes de la alerta oficial.
Ante este escenario, los organismos de salud provinciales y nacionales redoblan esfuerzos para identificar posibles casos vinculados, retirar cualquier remanente del fármaco, y garantizar la trazabilidad de los medicamentos administrados durante los últimos meses.
El escándalo por el fentanilo contaminado expone una grave falla en los controles de calidad del sistema farmacéutico nacional, con consecuencias potencialmente mortales. La respuesta rápida de provincias como Santa Fe busca contener el impacto y proteger a la población, pero el caso deja en evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de vigilancia, inspección y sanción en toda la cadena de producción y distribución de medicamentos.
Mientras la justicia investiga si hubo negligencia o fraude por parte del laboratorio, el sistema de salud argentino se enfrenta a una crisis de confianza que exige transparencia, responsabilidad y una revisión urgente de sus estándares regulatorios.