El doble homicidio de Andrés «Pillín» Bracamonte y Daniel «Rana» Attardo, jefes de la barra brava de Rosario Central, sigue causando conmoción en Rosario, mientras se difunden impactantes testimonios y videos que capturaron momentos claves del ataque. Los detalles, difundidos a través de audios y redes sociales, brindan un vistazo desgarrador de la brutalidad del crimen que sacudió la noche del sábado, poco después del partido de Central contra San Lorenzo.
Testimonios estremecedores: «Vino un loco con una pistola y empezó a disparar»
En los primeros audios, que rápidamente se viralizaron en redes sociales, dos testigos que presenciaron el ataque relatan en primera persona el violento momento que vivieron. Uno de ellos describe cómo estaba en medio de una conversación con Bracamonte y Attardo cuando comenzó la secuencia fatal:
«Estábamos haciendo cuentas de plata, y vino un loco con una pistola y empieza a tirar tiros al aire. Me corro y corremos todos para todos lados, y ellos quedaron adentro de la chata. Le pegaron a él y al ‘Rana’. Para mí ‘Pillo’ respiraba, pero el otro ya estaba tirado en el piso y cuando lo llevaron al hospital, ya tenía tiros en la cara”, relató el testigo, en un audio cargado de confusión y shock.
«Pitito» y los intentos de salvar a Bracamonte
Otro testigo, aún en estado de shock por la violencia de la escena, aportó una segunda versión de los hechos, revelando detalles sobre la desesperación de los allegados que intentaron socorrer a las víctimas. En este segundo audio, se describe cómo los atacantes dispararon al aire antes de acercarse a la camioneta en la que estaban Bracamonte y Attardo:
«Estoy en shock todavía. Estaba al lado de la chata. Cuando los veo que vienen, me corrió a un costado. Tiraron tiros al aire y uno se apoya en una de las ventanillas. Le pegan al ‘Pillo’, que estaba ahí, y después al otro que quiso salir corriendo, pero chorreaba sangre y quedó tirado en la calle. Ahí nomás empezaron a gritar. ‘Pitito’ se llevó la camioneta con el ‘Loco’ arriba, porque convulsionaba, pero tenía tiros por todos lados”.
En el relato, «Pitito», identificado como Leopoldo Martínez, segundo al mando en la barra brava de Rosario Central, es mencionado como quien intentó trasladar a Bracamonte en la camioneta, en un intento desesperado por salvarle la vida, aunque las heridas parecían fatales.
Secuencia de disparos y gritos: la escena en videos y audios
Un tercer audio, en el que interviene una testigo mujer, añade un tono dramático al describir cómo el ataque fue seguido de una ráfaga de al menos diez disparos, mientras los gritos de personas a su alrededor resonaban en la escena.
Los videos que se viralizaron también ofrecieron imágenes desgarradoras del momento posterior al ataque. Uno de los videos muestra a Attardo tendido en el suelo, mientras a su alrededor reinaba un ambiente de consternación y temor. En otra grabación, se ve el impactante momento en que es ingresado al hospital Centenario, donde varias personas, entre ellas personal de Tránsito, lo llevaban con urgencia en un intento por obtener asistencia médica.
La investigación avanza en busca de los autores y motivos
El Ministerio Público de la Acusación (MPA), encabezado por el fiscal de Homicidios Dolosos Alejandro Ferlazzo, se encuentra analizando estos testimonios y material audiovisual como parte de una exhaustiva investigación que busca identificar a los responsables y esclarecer las motivaciones detrás de este brutal asesinato. Las imágenes de las cámaras de seguridad y los testimonios que han surgido serán clave para reconstruir la secuencia de los hechos y comprender si hubo planificación previa.
Por el momento, las autoridades manejan varias hipótesis y han mencionado que ciertas líneas de investigación se mantienen en reserva. La escena violenta y la precisión del ataque han llevado a considerar la posibilidad de un ajuste de cuentas o una disputa interna en el mundo de las barras bravas, un ámbito en el que las rivalidades suelen transformarse en episodios de extrema violencia.
Un pedido de justicia y seguridad
Mientras tanto, el hecho sigue generando una gran repercusión en la ciudad y en el mundo del fútbol. Rosario Central, club al que ambos hombres estaban estrechamente ligados a través de la barra brava, no ha emitido aún un comunicado oficial, pero el clima de tensión se siente en cada rincón del Gigante de Arroyito y entre sus hinchas.
Este asesinato subraya una vez más la problemática de la violencia vinculada a las barras bravas y al fútbol en Argentina, un deporte que, lamentablemente, se ha visto atravesado en numerosas ocasiones por enfrentamientos que escapan a lo deportivo y generan una cadena de dolor y consecuencias irreparables para las familias y la comunidad.