El pasado 7 de diciembre, una lancha embistió violentamente a otra en las aguas de la ciudad de Santa Fe, causando la muerte de Javier, un hombre de 42 años, y dejando una huella imborrable en quienes sobrevivieron al siniestro. Este lunes, tras casi diez días de incertidumbre, se llevó a cabo la audiencia imputativa contra el conductor de la embarcación, quien se dio a la fuga después del accidente y se entregó siete horas más tarde.
Rocío, una de las jóvenes que viajaba en la lancha embestida, brindó un estremecedor testimonio sobre el horror vivido aquella noche y la secuencia que derivó en la tragedia. “Fuimos a la fiesta del río con un grupo de amigos y decidimos emprender la vuelta cerca de las 22.15. Veníamos marchando despacito en la lancha, cuando el chico que conducía nos avisa: ‘No nos ve, hacele señas con la linterna’. Fueron cuestión de segundos hasta que sentimos el impacto”, relató en diálogo con De 12 a 14 (El Tres).
La joven, aún conmovida, describió que ella podría haber sido la víctima fatal si no hubiera cambiado de lugar en el último instante. “Minutos antes, yo estaba sentada en el lugar de Javier. Me salvó la vida porque tres segundos antes yo me cambié. Vi el impacto de la punta de la lancha sobre su cabeza. Él hizo que yo cayera al piso y amortiguó el golpe. Es una sensación indescriptible; las imágenes te quedan para siempre”, lamentó Rocío, visiblemente afectada.
La escena del choque y los minutos de terror
Según su testimonio, el impacto fue devastador. Además del golpe que provocó la muerte de Javier, tres ocupantes de la otra lancha salieron despedidos al agua. Afortunadamente, lograron hacer pie porque estaban a pocos metros de la costa. Sin embargo, Rocío denunció que la lancha agresora llevaba una cantidad de pasajeros muy por encima de lo permitido: “Nosotros sabíamos que iban muchas personas arriba, pero después confirmamos que eran once en un espacio para seis u ocho”, precisó.
Otro detalle escalofriante es que la embarcación no llevaba luces encendidas y circulaba a gran velocidad. “Venían sin luz y no venían despacio, porque si no, era imposible que nos pasaran por encima. Además, no puede decir que no supo lo que pasó: nosotros gritamos desesperados después del choque”, afirmó.
La joven recordó el instante en que vio a Javier gravemente herido y cómo, en medio del caos, trató de enfrentar al conductor de la lancha: “Les grité: ‘Hijo de puta, espero que no hayas matado a un amigo, mirá cómo lo dejaste’”.
Actitudes sospechosas y la conducta del imputado
Respecto a la defensa del conductor, quien argumenta que no era consciente de lo sucedido, Rocío rechazó con firmeza esa versión y expuso las actitudes sospechosas posteriores al siniestro. “Él llegó un poco después a la guardería náutica, pidió que le levanten la lancha, pero antes la limpió, se fue a su casa y borró todas sus redes sociales. Entonces, uno se pregunta: si no tenés culpa, ¿por qué harías algo así? ¿Por qué no te ponés a disposición de la justicia?”, cuestionó con indignación.
Estas acciones refuerzan las sospechas de la familia de la víctima y de los sobrevivientes, quienes consideran que el imputado actuó con plena conciencia de lo sucedido y, por ende, intentó eludir su responsabilidad.
La audiencia y la búsqueda de justicia
Durante la audiencia de imputación celebrada este lunes, el caso volvió a poner en foco la imprudencia en la navegación y la falta de controles en los ríos de la región, donde accidentes de este tipo se repiten con preocupante frecuencia. Mientras tanto, familiares y amigos de Javier reclaman justicia, exigiendo que los responsables del hecho enfrenten las consecuencias de sus actos.
La tragedia no solo dejó una víctima fatal, sino también a sobrevivientes que hoy luchan por superar el trauma de aquella noche. Como bien lo expresó Rocío, las imágenes y el dolor son “imborrables e indescriptibles”, pero su testimonio resulta clave en el camino hacia la verdad.