El presidente estadounidense Donald Trump anunció este domingo la firma inminente de un nuevo decreto ejecutivo que busca reducir drásticamente los precios de los medicamentos con receta en Estados Unidos, hasta en un 80 %. La medida, calificada por el mandatario como “una de las más trascendentales en la historia del país”, será formalizada el próximo lunes a las 9:00 de la mañana, en una ceremonia oficial en la Casa Blanca.
“Estados Unidos finalmente será tratado con justicia”, declaró Trump, al revelar su intención de instaurar una ‘política de la nación más favorecida’, la cual alinearía los precios de los medicamentos en el país con los valores más bajos registrados en mercados internacionales. La iniciativa apunta a modificar el modelo actual de precios farmacéuticos, que históricamente ha dejado a los consumidores estadounidenses pagando cifras considerablemente más altas que los ciudadanos de otros países por los mismos fármacos.
Un sistema desigual que busca ser reformado
En un mensaje publicado en la red social Truth Social, Trump apuntó directamente contra la industria farmacéutica, a la que acusó de “abusar” del mercado estadounidense:
“Durante muchos años, el mundo se ha preguntado por qué los medicamentos en Estados Unidos son cinco o incluso diez veces más caros que en otros países, aun siendo fabricados por las mismas compañías y en las mismas plantas”.
Además, el presidente señaló que los laboratorios suelen justificar estos precios con los costos de investigación y desarrollo, pero que “esas cargas las han soportado únicamente los consumidores estadounidenses”. “Las contribuciones de campaña pueden hacer maravillas, pero no conmigo, y no con el Partido Republicano”, lanzó el mandatario, en un mensaje que también pareció advertir sobre posibles presiones del lobby farmacéutico.
Un giro proteccionista con impacto global
La propuesta forma parte de una serie de medidas más amplias que Trump viene impulsando desde su retorno a la Casa Blanca en enero. En las últimas semanas ya había firmado un decreto que facilita la construcción de plantas para fabricar medicamentos en territorio estadounidense, con permisos acelerados por parte de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), buscando generar una base manufacturera nacional “sólida” que incluya no solo productos finales sino también ingredientes activos y materiales clave.
En ese mismo sentido, el presidente anticipó que en las próximas dos semanas impondrá aranceles a los productos farmacéuticos importados, como parte de su estrategia comercial orientada a repatriar procesos de producción y reducir la dependencia de proveedores extranjeros, especialmente en sectores estratégicos como el de la salud.
Sin detalles técnicos por ahora
Hasta el momento, no se ha dado a conocer el texto completo de la nueva orden ejecutiva, ni se han precisado los mecanismos exactos por los que se aplicará la política de “nación más favorecida”. Tampoco está claro cuál será el rol de las agencias regulatorias como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) o los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) en la implementación de la norma.
Sin embargo, Trump aseguró que esta acción permitirá al país ahorrar “billones de dólares” y que tendrá un efecto directo en la reducción del gasto en salud de millones de ciudadanos. “Los costos de atención médica para nuestros ciudadanos se reducirán en cifras nunca antes imaginadas”, insistió.
Una ofensiva con objetivos electorales
La nueva ofensiva de Trump en el sector farmacéutico llega en medio de una serie de anuncios económicos y comerciales que apuntan a fortalecer su base electoral y a mostrar capacidad de acción ejecutiva en temas sensibles para la opinión pública. En su narrativa, Estados Unidos ha sido históricamente “estafado” por otros países en materia de comercio y precios, y ahora busca, según sus palabras, “restaurar la justicia económica” para los ciudadanos estadounidenses.
Aunque todavía se esperan reacciones oficiales del Congreso, de la industria farmacéutica y de aliados internacionales, el anuncio marca una nueva etapa en la agenda económica del mandatario, que ha hecho de la relocalización de industrias y la protección de los intereses internos su principal bandera política en este nuevo mandato.